jueves, 22 de abril de 2010
¡Católico, despierta!
sábado, 10 de abril de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
Sobre las misiones
lunes, 18 de enero de 2010
Sobre las bendiciones
domingo, 10 de enero de 2010
Falta de caridad
Me puse a pensar en muchas cosas después de leer un libro y ver una película (Tan solo terminando de leer vi la película).
El libro se titula “un exorcista entrevista al diablo” y la película “La invención de la mentira”. Después de que el libro se refiriera al demonio como el príncipe de la mentira me pareció interesante ver la película. Para mi sorpresa fue muy diferente lo que esperaba de lo que vi.
La película básicamente va así: En el mundo no existen las mentiras, la gente simplemente no las conoce, por lo tanto siempre habla con la verdad y puedes confiar en lo que te dicen. Hasta ahí todo bien la verdad es que uno pensaría que se trata de un mundo bastante agradable, pero la película lo pinta muy diferente. Propone una sociedad en la que todos hablan mal de todo mundo, que si estas gordo, que si apestas, que si te odio, etc.
En vez de ser esto una sociedad honesta creo que es una sociedad criticona, no crítica, criticona. El ser honesto no necesariamente significa insultar a todo aquel que no nos agrada. En fin la historia sigue con un hombre que no le salen muy bien las cosas y necesita dinero para pagar la renta, y en el banco le dicen que no hay sistema pero que cuánto dinero tenia, y en su interior surge la sugerencia de decir más dinero del que tenía. Como en ese mundo no existen las mentiras la señora le cree y le da más dinero del que debería. El hombre se da cuenta de esto y usa las mentiras para su beneficio, y después para “beneficio” de los demás. Les da ánimos y esperanza con “mentiras” (lo pongo entrecomillado por que las mentiras son “todo va a estar bien” “ya pasará” “se solucionará”) y de este modo hace ver las mentiras como buenas. Después cuando está muriendo su madre le da ánimos diciéndole que irá a un lugar hermoso lleno de felicidad junto con sus seres queridos. Después todos se creen esta “invención” suya y quieren saber más, por lo que este hombre “inventa” un ser superior que todo lo ve y todo lo controla y es quien nos lleva a ese lugar bueno si es que nos portamos bien.
Después de leer el libro en el que se mencionas más de una vez que el demonio usa precisamente esa táctica de hacerse el que no existe para que la gente vaya directo al pecado creo que la película fue un muy buen ejemplo. El poner la religión como una burla y una mentira, el hacer creer que la verdad es mala y que una mentirilla no hace daño si no hasta puede hacer bien.
El problema con la película es que pone la honestidad como el no guardarse las críticas destructivas, cuando en realidad la honestidad y la verdad son virtudes buenas que vienen de Dios, por lo tanto van acompañadas de amor y caridad. Al plantear una honestidad sin caridad la gente lo ve como algo malo, y no se equivocan, el problema es que dejan la caridad de un lado.
Sin amor este mundo seguirá siendo un “tirar caca” al primero que pueda y seguiremos estando como estamos y abriéndole las puertas al maligno.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
Año nuevo, vida nueva
Pero, ¿de verdad estaremos dispuestos a empezar una vida nueva? Joseph Pearce, afamado escritor, habla sobre las características de las personas convertidas al catolicismo a lo largo del pasado siglo XX: Existía, en primer lugar, un profundo desengaño “del mundo” y de lo que este era capaz de ofrecer; un deseo de profundidad en un mundo superficial; un deseo de permanencia en un mundo cambiante; y de certeza en un mundo de dudas.
Deseo, palabra clave. Tú lo sabes, yo lo sé, el mundo no satisface las necesidades de nadie. Lo que ofrece no trasciende lo suficiente, es demasiado superficial, es demasiado cambiante, demasiado inestable, demasiado dudoso. Te invito a que reflexiones sobre esto y sobre cuales áreas de tu vida son demasiado “mundanas”. Ese vacío existencial que has sentido, solo puede ser llenado por Dios. Si el año pasado se te pasó de noche, como viento fugaz o simplemente demasiadorápido, demasiado vacío, demasiado sin sentido, prueba algo diferente este año.
¿Pero que hay que hacer para realmente cumplir con ese rechazo al mundo? Sigfried Sasoon, poeta inglés, decía: “A mi pobre y viejo “yo” le pregunte muchas veces a cuántas cosas estaba dispuesto a renunciar si me convertía en católico. Y la respuesta siempre fue la misma: me lo pedían todo.” ¿A cuántas cosas estamos dispuestos a renunciar? Cuestiona tu cristianismo si se limita a las misas de precepto y confesiones en cuaresma. Cuestiónalo si no eres perseguido o calumniado por tu forma de pensar y de vivir. Proponte vivir cada día un poquito más devotamente, un poquito más apegado a Cristo, ligeramente más apegado a Su Iglesia. En pocas palabras, te invito a que dejes de ser un “católico light”. Y vas a ver que ese rechazo al mundo, que por supuesto viene acompañado de una cruz, te va a traer más felicidad de la que puedas soportar. ¡Y alégrate, que con Dios se puede!
“Pero Dios, que es rico en misericordia y nos tiene un inmenso amor, aunque estábamos muertos por nuestros pecados, nos volvió a la vida junto con Cristo” (Ef. 3,4-5)